El rosal es un arbusto de floración robusta y vigorosa. Sus flores de diferentes colores alegran los jardines, especialmente en primavera. Pero en ausencia de un mantenimiento regular, se puede encontrar fácilmente un arbusto desordenado. Por lo tanto, se hace necesario un tamaño. Descubra por qué se deben podar las rosas en septiembre y cómo hacerlo correctamente.

La poda es un paso importante para todas las plantas. Esto favorece su floración o fructificación, además las protege de enfermedades y las hace más vigorosas. Dicho esto,   para cuidar tu rosal   y lograr una floración abundante, considera podarlo a principios de otoño.

¿Por qué se deben podar las rosas en septiembre y cómo hacerlo correctamente?

Rosal

Para mantener su rosal, promueva su crecimiento saludable y estimule la floración. Se requiere un tamaño.

  • ¿Por qué podar el rosal en septiembre?

Cuando llega el otoño, es decir a partir del 23 de septiembre, los rosales necesitan una poda preparatoria, antes de la poda más severa de primavera. La poda de otoño se considera opcional y se practica menos, pero sigue siendo útil, porque le permite   mantener su arbusto   y completa la poda de primavera. De hecho, la poda de otoño ayuda a limpiar las rosas. Sin embargo, esto no se recomienda en regiones con un clima frío para no correr el riesgo de debilitarlo.

La poda de otoño es beneficiosa para muchas variedades de rosas. En cuanto a la rosaleda que no vuelve a florecer, es decir, que florece una sola vez en la temporada,   es recomendable podarla desde principios de otoño,   o esperar a que finalice el invierno para hacerlo. . Las rosas de hoja perenne que florecen varias veces en una temporada también   necesitan poda en otoño. Esto favorece   la formación de nuevas ramas   para preparar la próxima floración.

  • ¿Cómo podar correctamente el rosal?

podar la rosa

Para tener éxito en la poda de otoño del rosal, use tijeras para quitar la madera muerta, las ramitas quebradizas y las ramas viejas de la base. También elimine las ramas enfermas o en descomposición. Si los mantiene, su arbusto puede deteriorarse en el invierno y contaminar las plantas cercanas. También elimine las hojas muertas que se encuentran en la base de sus rosas   y evite agregarlas a la pila de compost.  Estos pueden provocar enfermedades que afectan a las rosas y, por lo tanto, aumentar el riesgo de contaminación.

Después de esta limpieza, proceda también a un acortamiento de su rosaleda que consiste en reducir la longitud de las ramas. Si desea conservarlos, asegúrese de cortarlos solo por la mitad. Conservar las más vigorosas   y podar en diagonal, 1 cm por encima de un cogollo que parezca estar mirando hacia el exterior de la ramita. Si poda demasiado corto, corre el riesgo de que su rosal sea más vulnerable al frío y las heladas invernales. Las ramitas que abarrotan el corazón de su rosal también deben podarse.

Al podar el rosal, también es importante   distinguir entre retoños y brotes jóvenes. Un retoño es una rama secundaria que crece en las ramas principales de su arbusto o planta. El retoño no produce flores ni frutos y agota tu planta, ya que absorbe su savia. Por lo tanto, es recomendable eliminar esta rama aérea   para favorecer el desarrollo y la floración de su rosaleda.  Puedes reconocer a un retoño por su follaje. Las hojas tienen 7 lóbulos, en lugar de 5. Los brotes jóvenes aún deben conservarse,   porque entonces darán una rama floreciente.

Esta poda de otoño limpia su rosal de ramas enfermas o viejas que lo abarrotan y lo   anima a florecer.